Hacienda Nava del Rey es una empresa familiar que resume casi veinte años de esfuerzos por recuperar un proyecto que llevó a cabo D. Daniel Berjano Escobar a principios del siglo pasado. Producir y vender un aceite de oliva de la mejor calidad en la Sierra de Gata, que ponga en valor las inmejorables cualidades de la aceituna manzanilla cacereña que cosechamos en esta comarca serrana. Él consiguió un producto de la más alta calidad por el que fue premiado con la medalla de plata en la Exposición Universal de París de 1900.
El paso de los años, factores relacionados con el éxodo rural y la pérdida de valor del producto fueron degradando las condiciones en que se producía, cosechaba y elaboraba el aceite local, así como las condiciones de rendimiento de los propios árboles que, en producciones pequeñas como la nuestra y ajustándonos a las estrictas condiciones de la agricultura ecológica, significaba en muchos casos un deterioro lento de las zonas más desfavorecidas de los olivares.
Nuestra producción goza de unas cualidades que destacan incluso entre los olivares de su entorno. Entre los motivos principales está la avanzada edad y adaptación de los árboles, su ubicación privilegiada en los valles del término de Villamiel, rodeado de encinares y veras de robles, encinas y alcornoques que lo protegen de los vientos más fríos, un suelo que ha dado muchas alegrías a los cosecheros de la zona desde hace ya varios siglos y el resultado de ya casi 20 años siguiendo los estrictos parámetros de la agricultura ecológica.
Para la elaboración del aceite contamos con la almazara As Pontis, una de las más avanzadas tecnológicamente de España y la más avanzada de Extremadura. Poniendo siempre la calidad por encima del rendimiento, allí elaboramos, almacenamos y embotellamos nuestro aceite en las mejores condiciones.
Nuestros objetivos ahora que caminamos de forma independiente son aumentar el rendimiento de los olivares, cuidando y manteniendo un entorno sostenible y ajustado a las altas exigencias de la agricultura ecológica; posibilitar el aumento del tiempo y personal dedicados al cuidado y mantenimiento de nuestros árboles, recuperando olivares en proceso de desaparición y elaborar cada año mejores aceites que pongan a la variedad manzanilla cacereña en el lugar que se merece por sus apreciadas propiedades organolépticas, su increíble aroma y el equilibrio al gusto.